Muchas mujeres y algunos hombres, nos hemos sentido desde hace unos años en la obligación de iluminar, de rescatar del olvido y de la indiferencia, la obra de las mujeres que han sido responsables directas de la evolución positiva de la sociedad. Mujeres que han cultivado las artes plásticas, que han compuesto partituras, que han contribuido a la evolución del pensamiento, que han luchado en las barricadas en defensa de las libertades; que han escrito novelas, poemas, ensayos ; que han pintado cuadros, dibujado, grabado y esculpido. Mujeres que han enseñado y pronunciado discursos. Que han creado.
Muchas de estas mujeres sin embargo son olvidadas en los
libros de historia y en los manuales de arte. La emancipación de la mujer,
hecho clave el siglo XX, a penas se nombra en los libros de texto del alumnado
de secundaria. A veces su innegable protagonismo en la creación de un hecho
artístico es considerado irrelevante y secundario. Su género las convierte
inmediatamente en menospreciados
apéndices…
Es por ello que ésta segunda época de Visible /Invisible - y
todas las que quieran venir- estarán dedicadas a hablar de estas mujeres y ha
contribuir a restaurar el equilibrio entre lo
masculino y lo femenino.
Resulta contradictorio querer iniciar esta nueva época con
la figura de una escritora mundialmente aclamada y reconocida. Me refiero a
Virginia Woolf. A pesar de su gran notoriedad en vida también sufrió la
discriminación de su sexo, no pudo acceder a la universidad y se le estaba vetado
el acceso a determinadas bibliotecas. Autodidacta, brillante, cultivada y
pionera del feminismo fue una de las primeras en preguntarse porque era tan
difícil para muchas mujeres la creación literaria. Woolf da sus claves en su
imprescindible ensayo Una habitación
propia. Woolf repasa la vida de las mujeres de épocas anteriores. Las
descubre destinadas desde niñas a la vida matrimonial, alejadas a la fuerza de
la formación académica, recluidas en los hogares familiares primero de sus
padres y luego de sus maridos. Las adivina compartiendo ruidosas estancias y
siendo molestadas con innumerables interrupciones. La observa dependiendo de la
economía de otros y castigadas por su osadía si dan rienda suelta a su
necesidad de escribir. Concluye Woolf que todo lo que necesita una mujer para
dedicarse a la literatura y por extensión a cualquiera de las artes, es una
habitación propia e independencia económica.
Sin embargo casi un siglo después, hemos podido comprobar,
que estos dos importantes factores no son suficientes. Los siglos de esclavitud
y discriminación han dejado marcada con hierro candente su impronta. La mujeres
en occidente - no digamos en otras latitudes - seguimos teniendo mucha más
dificultad que los hombres a la hora de escribir, pintar, esculpir, filmar,
dedicarnos a la política o dirigir colectivos. Más allá de la
censura más o menos velada de la propia familia, los propios compañeros u otras mujeres, las mujeres intelectualmente activas somos
frenadas por la culpabilidad y el autosabotaje inducidos por modelos mentales
de los que todavía nos cuesta librarnos.
Por ello, cuando una mujer ha conseguido vencer todas las
dificultades consiguiendo expresar y regalar a la humanidad sus talentos se
merece el homenaje del reconocimiento y la lucha para que su contribución no
sea ignorada. VISIBLE/INVISIBLE quiere hacerle ese homenaje.
"Una habitación propia", lo tengo de libro de cabecera, me acompaña para seguir adelante.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Muchas gracias Marta!
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