Rivera marcaría de modo tan negativo su vida, que el mismo pintor dijo una vez: “Angelina me dio todo lo que una mujer puede brindar a un hombre. En cambio, ella recibió de mí toda la miseria que un hombre puede infligir a una mujer”.

Angelina Petrovna, de nombre artístico Angelina Beloff, nació en San Petesburgo el 22 de junio de 1879. Inició estudios de pediatría, pero muy pronto fue seducida por su verdadera vocación, la pintura. Estudiante de medicina de día, y alumna de una academia de pintura de noche, sus profesores de arte la animaron a presentarse a la Academia de San Petesburgo. En 1909 se traslada a París donde ingresó en la academia de Henri Matisse y posteriormente en la academia que el pintor catalán Anglada Camarasa tenía en la capital francesa. Allí conoció a la pintora española Maria Blanchard con la que cultivará una estrecha amistad.

En Bélgica Angelina y María se trasladan a Brujas, donde conocen a un joven pintor mexicano llamado Diego Rivera. Los tres amigos compartirán piso e iniciarán al mismo tiempo sus trayectorias profesionales. 

En 1911 Beloff y Rivera contraen matrimonio. Dotada de una gran talento para el dibujo y la representación de la realidad, en su primera obra la pintora rusa se decanta por el grabado en madera y metal. Sin embargo, a pesar de su determinación, se ve inconscientemente impulsada a propiciar un trato en exceso maternal a su marido, priorizando la carrera de éste en detrimento de la suya propia. En contrapartida, Rivera le es constantemente infiel. Ya instalados en París, En 1916 nace el primer y único hijo del matrimonio. Durante la Primera Guerra mundial y en medio de miserias y carencias, Angelina ve morir al niño víctima de la epidemia de gripe que por aquel entonces azotaba a Europa. Mientras tanto Rivera mantenía relaciones con la también pintora rusa Marievna Stebelska Vorobieva, con la que tuvo una hija en 1919 de la que se encargó de su manutención, pero a la que nunca reconoció. En 1921 Rivera abandona a Angelina. El pintor marcha definitivamente de París instalándose en México donde en 1922 pinta su primer mural en el Anfiteatro Simón Bolívar de la Escuela Preparatoria Nacional.

Profundamente enamorada de Diego, Angelina se resiste a la idea de perderlo. Al mismo tiempo que reune el dinero necesario para marchar a Mexico en su busca, la pintora escribe durante once años cartas de amor de gran belleza que Diego Rivera no contestará jamás. Angelina Beloff finalmente consigue viajar a Mexico y encontrarse con él a la salida de un teatro, pero Rivera finge no conocerla. En este tiempo el pintor mexicano ha contraído matrimonio con Guadalupe Marín, se ha divorciado de ésta y se ha casado posteriormente con Frida Kalho. 

A pesar de reconocer el daño infringido a Angelina y de vivir en la misma ciudad, Diego Rivera nunca fue a visitarla ni se puso en contacto con ella.

Sin embargo, Angelina logra recuperar su autoestima y su dignidad. Instalada definitivamente en México, trabajará como maestra de grabado y desarrollará paralelamente, una importante carrera como ilustradora en la que destacan sus dibujos para cuentos de Andersen. 

Beloff participó activamente en el desarrollo de la cultura mexicana. Fue miembro de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios y fundadora en 1949 del Salón de la Plástica.

La posteridad está intentando reparar el dolor ocasionado por Diego Rivera a Angelina Beloff, como lo demuestra la novela epistolar sobre la tormentosa relación, "Querido Diego, te abraza Quela" de la escritora mexicana de origen polaco, Elena Poniatowska.